De estas 15 entidades dos son españolas, Mapfre y Nacional de Reaseguros, mientras que las 13 restantes son la alemana Allianz, que es la mayor de Europa; las británicas Aviva y Unipol Group; las francesas Axa, Caisse Centrale de Reassurance y CNP Group; las italianas Generali y Cattolica di Assicurazione; las irlandesas IPB y RSA; la portuguesa Millenniumbcp-Ageas Group y las eslovenas Pozavarovalnica Sava y Triglav Group. Varias de estas aseguradoras tienen una importante presencia en nuestro país a través de filiales o sucursales.

En el caso de Mapfre, S&P ya le rebajó un escalón su rating tras el recorte de la calificación del Reino de España a mediados de octubre, y la dejó en A, que de momento es su actual calificación, desde A+. El argumento de la agencia en esa ocasión se basó en que las inversiones de la aseguradora y de sus filiales están ligadas al mercado español o a otros con ratings inferiores. “Para nosotros, los rating de una aseguradora están determinados por la visión del riesgo país”, según S&P, y en el caso de Mapfre, más del 45% del negocio procede de España, señaló entonces la agencia. Con el nuevo aviso la calificación de Mapfre podría ser rebajada en dos escalones, lo mismo otras grandes aseguradoras europeas, como Allianz, Axa o Aviva. En el caso de Nacional de Reaseguros, cuya calificación actual es de A+, la rebaja podría ser de solo un escalón, lo mismo que en Unipol o Cattolica.

La calificación que otorgan estas agencias es un referente para los inversores sobre las posibilidades que tienen de que los emisores hagan frente a sus compromisos, pero sin ningún compromiso para las propias calificadoras. Por tanto, la amenaza a las entidades financieras por parte de las agencias de calificación es consecuencia de la que previamente había hecho lo mismo sobre los propios países y ya se sabe que bancos y aseguradoras, sobre todo éstas últimas, son grandes consumidores de deuda pública y tiene en sus carteras grandes cantidades de bonos a largo plazo, con lo que si se rebaja la calificación al emisor de esos bonos, también tendrían que bajársela a los tenedores de esos títulos.